Qué son los prestamos de dinero
El préstamo es una operación financiera mediante la cual, una persona o entidad a la que denominamos prestamista le entrega a otra, a la que llamamos prestatario, una cantidad fija de líquido. Esta suma de dinero, que se entrega en una cantidad fijada entre ambas partes, es lo que constituye el préstamo propiamente dicho.
Evidentemente, el prestamista no se desprende de su dinero sin una razón. Y ésta es que, mediante un contrato de préstamo, el prestatario se compromete a devolver la cantidad prestada, junto con los intereses pactados, al cabo de un determinado plazo, supongamos por ejemplo que de año y medio.
A la devolución del préstamo la llamamos amortización, y tiene lugar, normalmente, en cuotas regulares: trimestrales, mensuales, semestrales, o en cualquier periodo que deseemos, a lo largo del plazo establecido. Por lo tanto, el conjunto de la operación de préstamo tiene una vida determinada previamente. En el caso que pusimos antes, todo el dinero va a devolverse en dieciocho meses, sean cuales sean las cuotas y su frecuencia. Otra de las características del préstamo es que los intereses se cobran, siempre, sobre el total de la suma prestada.
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Características de los créditos
Por otra parte, tenemos el crédito. El crédito es la cantidad de dinero, con un límite ya fijado, que un banco o una entidad de crédito pone a disposición de un cliente. Éste no va a recibir la cantidad en su conjunto de golpe, como en el préstamo, al inicio de la operación. Por el contrario, va a poder disponer de ella dependiendo de sus necesidades de cada momento, normalmente a través de una tarjeta de crédito o de una cuenta. Con ello queremos decir que la entidad va a ir realizando entregas, de forma parcial, de ese dinero puesto a disposición del cliente a petición de éste.
Puede que el cliente quiera disponer de todo el dinero concedido por la entidad bancaria, pero puede también que sólo reclame una parte, o que no reclame nada. La principal ventaja es, por tanto, la flexibilidad. Esto nos da capacidad para hacer frente, por ejemplo, a pagos imprevistos.
Además, el cliente sólo pagará intereses por el dinero que haya reclamado de forma efectiva, aunque normalmente se cobra una comisión, muy escueta, por el saldo del que no ha dispuesto. A medida que va devolviendo el dinero que se ha puesto a su disposición, podrá ir disponiendo de más, siempre sin rebasar el límite.
Como los préstamos, los créditos se conceden durante un determinado plazo, pero, a diferencia de la otra modalidad, al terminarse este el periodo se puede renovar, o ampliar. El interés en el caso del crédito suele ser superior al de un préstamo, pero, según ya se ha señalado antes, sólo pagaremos por la cantidad que realmente utilicemos.
De esta forma, los créditos son la modalidad más indicada para cubrir el desfase entre cobro y pago de las empresas. Son muy utilizados, sobre todo, por pymes, y hay diversas modalidades, como los créditos con dicom.
Por otra parte, los préstamos se suelen otorgar para financiar la adquisición de un servicio o un bien en concreto: una reforma del hogar, unos estudios universitarios, la compra de un coche o una propiedad, etcétera. Son indicados tanto para empresas como para particulares.
Ventajas y desventajas de un crédito y un préstamo
Entre las ventajas de contar con un préstamo, destaca que el interés suele ser menor, aunque se deberá pagar intereses por la totalidad del importe otorgado. Además, su gestión y administración es más barata y clara para el consumidor, desde un punto de vista de la aplicación fiscal, previsión de cancelación, etc. Mientras que como desventaja aparece que se exigen garantías personales reales, ya que las condiciones de un préstamo van de la mano con la situación económica del cliente, como la nómina y avales financieros.
En tanto el crédito tiene como ventaja que al finalizar el contrato, existe la posibilidad de renovación y ampliación del límite disponible. También es posible cancelar la parte o la deuda en su totalidad cuando se desee, lo que redundará en una rebaja en el pago de intereses. Por el contrario, las desventajas radican en que el crédito es más caro que el préstamo y el plazo de amortización es bastante más corto.
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